LA MOTO

TE HAS ACOSTUMBRADO A TU MOTO.

ya ni siquiera te das cuenta de que es un auténtico desastre. Evitarás un rodar remolón en los giros e inestabilidad en apoyo en curva simplemente ¡si revisas muy a menudo, cada semana es lo ideal, las presiones de los neumáticos! Hazlo siempre en frío y con un manómetro fiable.

A menudo nos movemos sobre una moto que nos ha costado un buen dinero escatimando y ahorrando en un cambio de neumáticos que deberás acabar por hacer en breve por un “ya sé que casi no les queda dibujo, pero los aguanto unas semanas más antes de cambiarlos, ya iré tranquilo y seguro que no pasará nada…”. Y a veces, pasa…

Revisa…

Comprueba cada tanto la holgura de la dirección. Ponla sobre el caballete central y gira la dirección para comprobar que la dirección no vaya dura (rodamientos gripados), y tira del eje la rueda hacia delante y atrás para comprobar que no estén flojos y la dirección suelta (la moto serpentea y-o vibra en frenadas).

Vigila, además de que queden pastillas, que el tacto de frenos sea constante y nunca esponjoso por tener aire en el circuito.

Cuida que la transmisión, ya vieja, no tenga demasiado juego al acelerar o frenar por culpa de una cadena destensada y corona y piñón desgastados…

Engrásala igualmente a menudo: la duración del kit completo de transmisión aumentará y su mantenimiento te resultará a la postre mucho más económico.

Antes de arrancar, da un vistazo a posibles pérdidas de aceites o líquidos caídos en el suelo, signo de averías gordas si el nivel baja más allá del mínimo, o de que puedes quedarte sin frenos…

Y, claro, no olvides perder un minuto en que los mandos, la posición de las manetas y de los pedales se te acomoden como un guante… 

Y tú, no seas menos, equípate…

 

Casco, siempre: la peor caída es cuando “no, si yo iba ahí mismo, a comprar el pan”… Aún si no te pillan los guardias y no te ponen multa, no usar el casco puede costarte la vida.

Por supuesto, tu casco debe ser de la talla adecuada. No debe girar ni moverse apenas en sentido longitudinal.

Escoge el modelo adecuado para ciudad, turismo, o carretera.

Recuerda que el casco no va en el codo y nunca olvides abrocharlo antes de arrancar para evitar el efecto “pérdida” en caso de caída aún a escasísima velocidad.

No descuides usar siempre guantes, botas y chaqueta. Si para salir a carretera ya usas equipamiento adecuado (botas, cuero o cordura, protector dorsal, guantes…), tampoco olvides en ciudad o en “vacaciones de pantalón corto y chancletas” que un ligero arrastrón sin guantes y sin cazadora o pantalón apropiado, puede costarte la piel y cambiar tu verano de playa por otro de vendas y betadine… 

Buena vista… y oído

Tampoco escatimes unos euros en el recambio regular de la pantalla. ¿Pondrás en peligro tu seguridad y la de los demás, y una moto carísima…, por ahorrar unos euros durante un escaso tiempo en una pantalla nueva que acabarás por comprar?

Para mantener con los años una buena salud acústica escoge un casco que no haga ruido.

Revisa tu moto…

1.- Luces. ¿Funcionan todas las bombillas?

2.- Mando de gas. Holgura máxima de 2 mm del cable al girar el puño

3.- Frenos. Tacto sin hundimiento y constante al apretar repetidamente. Pastillas “vivas”…

4.- Neumáticos. Presiones y dibujo adecuados, y perfil no cuadrado

5.- Suspensión delantera. No hace tope al hundirse ni tiene pérdidas de líquido

6.- Rodamientos de dirección. La moto no va dura, no vibra, ni serpentea

7.- Manetas y mandos. Sin agarrotamientos. Reguladas y en su sitio. A medida del conductor

8.- Manchas en el suelo. Revisa a diario posibles pérdidas de aceite

9.- Kit de transmisión. Tensión y engrase de cadena para evitar holguras de transmisión que afectarán a la marcha

 

10.- Suspensión trasera. Con retención hidráulica. Sin topes. ¡Regúlala para uso a dúo!


LA FRENADA

En moto, pocas maniobras son tan decisivas como la de frenada, y en ella solucionar los imprevistos resulta trascendente. Aquí proponemos unos ejercicios prácticos para mejorar nuestra seguridad de conducción (nunca sabrás cuanto frena de verdad tu moto sin probarlo antes) pero, aún más que en las anteriores propuestas, ejercítate con mucha prudencia 

Freno delantero

«Bloquear» el freno delantero al practicar es siempre delicado, de modo que nuestro consejo es que simplemente tengas la «sensación» de que te acercas a ello.

En todo caso, practica la “frenada en dos tiempos”. Si «frenas» de golpe y de manera violenta, sobre todo en una situación de emergencia, no se habrá producido aún la necesaria transferencia de carga hacia el neumático anterior, algo que incrementará su agarre, y bloquearás la rueda delantera.

Mejor aplica primero una presión suave sobre la maneta, de modo que la moto se “agachará” ligeramente hacia delante dando al neumático delantero la carga suficiente para encontrar el máximo agarre. Sólo entonces incrementa la presión en la maneta para conseguir la frenada que necesitas.

Esta presión, claro, debe ser justo la necesaria: si te pasas, puedes llegar a bloquear la rueda perdiendo agarre. Al mismo tiempo, hay que tener en cuenta que, en buenas condiciones de asfalto, lo que limita la potencia que puedes aplicar en una frenada al límite no es la eficacia de los propios frenos, ni siquiera el agarre de la goma delantera… sino que la moto puede llegar a darse la vuelta al levantar la rueda trasera “en picota”... 

Freno posterior

 

Por el contrario, si al frenar usas sólo el freno trasero, la moto no se amorra. Pero ya hemos visto que, si tiras del freno delantero, se produce transferencia de carga: el eje posterior tiende a levantarse, su neumático pierde peso y, por tanto, lo que ocurre es que pierde, también, agarre.

Si al practicar la frenada de delante hemos visto la importancia de “cargar” en un primer tiempo de frenada el agarre del neumático anterior, vemos que, por la misma razón, el freno trasero tiene menos eficacia al quedar la goma trasera descargada.

Esta es la razón por la que en una moto de carretera el freno anterior suele ser un doble disco… mientras que atrás es de mucho menor tamaño y potencia.

Ejercicio: en una recta despejada, desde media velocidad, intenta «clavar» la rueda trasera con una decidida presión al pedal hasta sentir la rueda trasera derrapar ligeramente..., ¡para soltar inmediatamente después y recuperar adherencia! Si haces lo mismo, pero usando también el freno anterior para hundir al mismo tiempo la horquilla, verás que el bloqueo trasero es más evidente..., pero también más fácil de controlar.

Frenada combinada

Ya hemos comentado que la mayor deceleración se obtiene usando prioritariamente el freno delantero, pero la máxima eficacia se consigue al combinar ambos frenos convenientemente.

Un buen truco es pisar ligeramente el freno posterior (así se «agacha» el tren trasero), al tiempo de tirar duro de maneta. Dado que al frenar fuerte de delante la moto se amorra, con ello se reduce la violencia de la transferencia de carga hacia la horquilla, y con ello la tendencia de la moto a levantar el culo y a perder agarre atrás...

Igualmente es preciso cuidarse de mantener el cuerpo retrasado. Como al frenar delante tendemos a abalanzarnos sobre el manillar, ello aumentaría la tendencia de «volcar en picota». Si dejamos caer el cuerpo hacia delante, el equilibrio de la moto deslastra la rueda trasera hasta el punto de bloquearse fácilmente. Evítalo manteniendo los brazos ligeramente estirados y echando el culo un poco atrás...

En caso de frenada de emergencia o «panic braking», piensa que llevar bien las presiones es decisivo, pero aún más tener el temple preciso como para que tu cerebro actúe de «ABS» natural, frenando lo máximo posible, pero sin llegar a bloquear... 

Límites de frenada

1.- Al frenar con la rueda delantera es conveniente efectuarlo en “dos tiempos”: antes de dar la máxima presión a la maneta, es conveniente, justo un instante antes, haber frenado ligeramente con una presión ligera y progresiva

2.- Así, se consigue que la inercia de la moto agache ligeramente la horquilla delantera y el neumático delantero obtenga la carga necesaria para un buen agarre

3.- Es en este momento que es posible accionar el freno anterior sin pérdidas de adherencia

4.- Por supuesto, el límite lo marca el evitar los bloqueos y, también, que la moto tienda a “darse la vuelta en picota”

5.- Cuando se transfiere toda la carga a la rueda delantera, la cantidad de goma en contacto con el asfalto llega ¡a triplicarse!

6.- Ello permite frenar con seguridad hasta el punto que, en las MotoGP, el límite no está en la potencia de los frenos o el agarre disponible... ¡sino en que la moto vuelca!

7.- Aunque el freno anterior es el más importante, es mejor combinar adecuadamente ambos mandos: pisando el freno posterior, se reduce la violencia de la transferencia hacia delante y se evita esta tendencia a la picota.

8.- El freno posterior debe usarse sólo como “acompañamiento”: al producirse la citada transferencia de carga hacia delante, la goma posterior queda sin presión de agarre y un freno con mucha potencia simplemente lo bloquearía de manera inmediata

9.- Al frenar es también preciso cuidar que el cuerpo se abalance sobre el manillar, lo que causaría un desaconsejable desequilibrio del balance de la moto

10.- En caso de frenada “dura” o de emergencia, es preciso evitar el “panic braking” haciendo que tu “entrenamiento gestual” anterior evite bloqueos peligrosos 


La trazada…

1.- Lo importante para andar seguro a buen ritmo es precisamente priorizar éste más que una velocidad instantánea de paso por curva alta

2.- La trazada correcta implica retrasar la entrada en la curva, frenando con la moto recta, y anticipar la maniobra de aceleración tocando el interior más lejos

3.- Al frenar con la moto recta se usa mejor el ancho del neumático, y con la carga correcta al cargar peso delante, de modo que puede retrasarse y aprovecharse mejor la frenada

4.- Aunque se gira más en corto y con una velocidad de paso por curva menor –con menos riesgo de perder agarre-, se puede abrir el acelerador antes y pasar por el ápice ya con tracción, lo que mejora la velocidad de salida

5.- Así se sale “cerrado”, sin comerse el carril contrario, o salirse al exterior de la carretera

6.- De esta manera se fuerza menos el neumático anterior a la entrada (no hay frenada con la moto inclinada)

7.- Igualmente, al poder acelerar con la moto recta al trazar rozando el ápice de modo retrasado, la tracción es más segura

8.- En todo caso, no hay que buscar un “paso por curva” muy rápido, al límite del agarre de los neumáticos, sino al contrario: como en las motos modernas de carreras, frenar tarde, cerrar corto, abrir pronto y salir por dentro

9.- Alejémonos de las trazadas clásicas “por el centro de la curva” que obligan a redondear mucho la curva manteniendo la moto mucho tiempo inclinada

 

10.- Lo importante es, en todo caso, mantener un ritmo consistente al poder colocar la moto siempre en el sitio correcto para tomar la siguiente: una curva debe trazarse siempre en función de la siguiente



No es capricho, cada moto tiene una anchura y diámetro de neumático admitido por el fabricante, que se puede ver en la ficha técnica del vehículo. 


Pilotar la moto en verano puede ser un respiro. El viento hará que te olvides rápidamente del calor y lo sustituyas por algo de fresquito. El problema es que en inverno también ocurrirá lo mismo, sólo que pasarás de tener frío a tener mucho más frío ¿Cuánto?

La sensación térmica en la moto en invierno puede ser devastadora debido al efecto del viento. Tanto es así que a 60 kilómetros por hora, una temperatura ambiente de 12 grados se convierte en seis grados y si hace cero grados será ya como estar a -19 grados.

Tabla de temperatura, resume la situación y la sensación térmica en la moto en función de la velocidad a la que pilotes, para que lo tengas más claro.